Historia
Nuestro origen, nuestro sabor, nuestra tierra.
Con estas bases, allá por 1949, se comenzó a ofrecer todo nuestro sabor y calidad gastronómica en la céntrica calle de La Paloma, a escasos metros de la majestuosa Catedral de Burgos. Originalmente el obrador se encontraba en el piso superior de la tienda y todo el mundo al pasar podía disfrutar de los increíbles olores que despertaban el apetito a propios y extraños. Como quien dice, esta morcilla se hacía a la sombra de la Catedral de Burgos.
Desde los orígenes de la elaboración de esta morcilla siempre ha primado la calidad y frescura de las materias primas, la receta cuyo origen se pierde en los años y las expertas manos de maestros morcilleros, que han transmitido sus conocimientos y saber hacer hasta nuestros días. Aprender directamente de la voz de la experiencia es siempre una ventaja pero además disfrutar de momentos con personas de tanta valía personal y profesional como los maestros morcilleros Balbi y Jaime ha sido sin duda un tesoro que siempre perdurará en nuestra memoria y que personalmente siempre estará en nosotros.
Con el mismo espíritu de calidad y buen hacer Fundación Lesmes continúa la labor que desde hace más de 64 años viene deleitando a los paladares de multitud de puntos de España. Con esta idea y sin perder ni un ápice de la esencia original, hemos recogido la oportunidad que se nos ha brindado para no dejar perder una tradición tan de nuestra tierra.
La Morcilla de Burgos junto con la olla podrida, el lechazo y las yemas, es el producto por excelencia de la gastronomía burgalesa. Cebolla horcal, arroz perlado, sangre, manteca en rama, tripa natural, sal y especias. Todo ello, cuidadosamente seleccionado y respetando la receta original, hacen de nuestra morcilla un producto de calidad indiscutible. Solo así se consigue que la satisfacción de nuestro cliente sea máxima, y que gracias a ello hayamos llegado con nuestro producto a multitud de rincones de España.
Bien sea asada, a la plancha, en revuelto, como acompañamiento o de aperitivo, esta obra maestra de la gastronomía no le dejará indiferente.
Somos totalmente artesanos en el limpiado de la tripa que lleva cerca de un 60% de tiempo que se tarda en preparar la morcilla antes de su cocción, conseguimos quitar el intenso sabor que la tripa de cerdo da y dejarla en el punto exacto para que sea un envoltorio de lujo donde sabor, humedad y textura del producto se entremezclen a partes iguales.
Con esta apuesta lo que vendemos es sabor, tradición y, sobre todo, calidad.